


El deseo de muchos sujetos es la seguridad afectiva y económica.
Lo único inmortal en sí, es el tiempo presente ya que no se repite.
Heráclito sostenia que no es posible bañarse dos veces en el mismo río.
La madurez emocional es amar sin coartar, agradecer y responsabilizarse; ser lo suficiente resiliente para no aferrarse y tomar decisiones en base a los recursos disponibles en la situación actual.
Existen cierres de ciclos; por ejemplo relaciones, ya sea por ausencia física o espiritual; estudios desde el nivel inicial a estudios de grados; o el cuerpo que envejece y se transforma. La clave para las transiciones será la aceptación, descripta por Elisabeth Kübler-Ross en etapas de duelo.