Ergonomía Laboral

La atención sostenida se ve afectada cuando se mantienen posturas estáticas durante largos periodos. Diversos estudios en ergonomía laboral han mostrado que las micro-pausas breves—de uno a dos minutos cada 30 a 40 minutos—producen mejoras consistentes en el rendimiento cognitivo y reducen la fatiga muscular acumulada (Balci & Aghazadeh, 2003; Henning et al., 1997). Estas pausas no requieren grandes cambios: basta con levantarse, mover articulaciones principales y relajar la musculatura cervical y lumbar para reiniciar el sistema atencional con menor costo fisiológico.

La posición del monitor también influye en la carga cognitiva. Cuando la pantalla está por debajo de la línea de visión, aumenta la flexión cervical y se reduce la eficiencia oculomotora; cuando está demasiado arriba, incrementa la tensión escapular. Los ajustes más estables se observan cuando el borde superior del monitor queda alineado o ligeramente por debajo del eje visual (Sommerich et al., 1998). Esta pequeña modificación disminuye la demanda muscular y permite una mayor consistencia en tareas de vigilancia atencional.

La base postural—pies, pelvis y apoyo lumbar—es un componente frecuentemente subestimado. El contacto firme de los pies con el suelo y un ángulo de cadera cercano a 90° facilitan una activación tónica baja pero estable en la musculatura extensora del tronco, reduciendo compensaciones que suelen aparecer después de la primera hora de trabajo. Un apoyo lumbar suave, no rígido, se asocia con menor percepción de esfuerzo (Aaras et al., 1998).

Pautas prácticas

– Micro-pausas de 1–2 minutos cada 30–40 min.

– Elevar la pantalla hasta que el borde superior quede a la altura de los ojos.

– Alinear brazo-antebrazo a 90° para evitar sobrecarga de trapecio.

– Mantener ambos pies apoyados y la pelvis estable.

– Alternar entre postura sentada y de pie cuando sea posible (Straker et al., 2014).

Estas intervenciones son breves, de bajo costo y mantienen un impacto notable en la estabilidad atencional, especialmente en tareas prolongadas y de alta demanda cognitiva.

Bibliografía

Aaras, A., Fostervold, K. I., Ro, O., Thoresen, M., & Larsen, S. (1998). Postural load during VDU work: A comparison between various work postures. Applied Ergonomics, 29(5), 317–326.

Balci, R., & Aghazadeh, F. (2003). The effect of work–rest schedules and type of task on the productivity of computer operators. Ergonomics, 46(5), 455–465.

Henning, R. A., Jacques, P., Kissel, G. V., Sullivan, A. B., & Alteras-Webb, S. M. (1997). Frequent short rest breaks from computer work: Effects on productivity and well-being. Human Factors, 39(3), 387–398.

Sommerich, C. M., McGlothlin, J. D., & Marras, W. S. (1998). Occupational risk factors associated with soft-tissue disorders of the shoulder: A review. Journal of Occupational Rehabilitation, 8(2), 101–130.

Straker, L., Coenen, P., Dunstan, D., Gilson, N., & Healy, G. (2014). Sedentary work—Evidence on a growing health risk. Journal of Occupational Health, 56(5), 369–381.